Joseph G. Masabni, Profesor Asistente y Extensionista especialista en Horticultura y Patrick Lillard, Extensionista Asistente Sistema Universitario Texas A&M
El suelo es un almacén donde se encuentran todos los elementos que la planta necesita para crecer: nutrientes, materia orgánica, aire y agua. El suelo también proporciona soporte para las raíces de las plantas. Cuando el suelo se prepara y cuida adecuadamente, se puede mejorar cada año permitiendo el crecimiento de plantas indefinidamente en el futuro. Un suelo descuidado puede volverse apropiado solamente para el crecimiento de maleza.
Tipos de suelo
Los horticultores en Texas tienen que trabajar con distintos tipos de suelo. Algunos son muy arenosos, algunos son muy pegajosos y otros son rocosos y superficiales.
Los suelos arenosos no retienen suficiente agua; en áreas con mucho viento, los suelos arenosos pueden causar daños a los cultivos. Los suelos arcillosos retienen mucha agua y no permiten suficiente aireación del suelo.
Los vegetales necesitan un suelo profundo, con buen drenaje y con una cantidad adecuada de materia orgánica. Un buen suelo, con humedad apropiada, no debe formar una pelota dura cuando se aprieta en la mano. Debe desmoronarse fácilmente entre los dedos. No debe quebrarse o encostrarse cuando está seco (Fig. 1).
Mejoramiento del suelo
Casi todos los suelos en huertos pueden mejorarse añadiendo materia orgánica para hacerlos más manejables. La materia orgánica:
- Suelta los suelos arcillosos
- Ayuda a los suelos arenosos a retener más agua
- Hace que el suelo sea más fácil de excavar
- Añade nutrientes
Los siguientes son algunos aditivos orgánicos comunes.
Materiales vegetales: Esto incluye hojas, paja y recortes de pasto. Añada estos materiales al suelo varios meses antes de la siembra, para permitir que se descompongan. La mayoría de los horticultores hacen esto en el invierno.
Estiércol: Use estiércol compostado e incorpórelo al suelo antes de la siembra. No use estiércol fresco ya que puede dañar las plantas e introducir enfermedades. Aplique de 30 a 40 libras de estiércol compostado por cada 100 pies cuadrado.
Composta: La composta consiste en material orgánico deteriorado. Incorpórelo al suelo antes de plantar.
Aserrín: Composte el aserrín antes de añadirlo al suelo. No use aserrín sin compostar porque va absorber el nitrógeno del suelo y le quitará este elemento esencial a las plantas.
Abono verde: Siembre raigrás o avena durante el otoño y haga el arado en la primavera. Esta práctica no puede realizarse si se planta un huerto de otoño.
No agregue más de 4 pulgadas de materia orgánica.
La mayoría de los suelos arcillosos pesados se benefician cuando se añade yeso. El yeso añade ciertos nutrientes pero lo más importante es que afloja los suelos arcillosos para que sean más manejables. Aplique aproximadamente 3 a 4 libras de yeso por cada 100 pies cuadrados sobre el suelo después de haberlo excavado durante el invierno. Incorpore el yeso al suelo o deje que se mezclen con la lluvia.
Agregue arena y materia orgánica a los suelos arcillosos para que sean más manejables. Mezcle 2 pulgadas de arena limpia y 3 pulgadas de materia orgánica con el suelo. Haga esto durante el invierno.
Labranza del suelo
El suelo debe ser labrado lo más profundo posible, al menos de 8 a 10 pulgadas. La labranza profunda afloja el suelo y permite que las raíces de los cultivos crezcan más profundas. Voltee cada palada de suelo completamente (Fig.2).
El suelo debe e labrarse cuando está húmedo pero no mojado. Labrar el suelo mojado puede hacer que se endurezca. El suelo debe labrarse durante el invierno para prepararlo para la siembra de la primavera. Las temperaturas y humedad del invierno ayudan a suavizar el suelo. Esto es especialmente importante si el suelo se va a labrar por primera vez.
Agregue materia orgánica cada año durante la preparación del suelo, para mejorar y mantener el suelo. Asegúrese que todo el material vegetal quede debajo del suelo. Si se agrega materia orgánica antes de sembrar un huerto de otoño, esta debe estar bien descompuesta.
Antes de sembrar, rastrille, limpie y nivele el suelo. Quite todos los palos, piedras y cualquier otro material.
Preparación de los surcos
En la mayor parte de Texas los cultivos se deben sembrar en huertos elevados. Los huertos elevados:
- Permiten que el agua drene de las raíces de las plantas
- Proporcionan surcos para la irrigación
- Permiten la aireación del suelo
- Ayudan a las plantas durante los periodos de lluvias intensas
Si el huerto es suficientemente grande, haga surcos con 36 pulgadas de distancia entre ellos. En lugares donde el espacio es limitado, algunos cultivos se pueden sembrar más cerca, pero van a requerir más cuidado durante el crecimiento.
Los surcos rectos son atractivos pero no son necesarios. En huertos pequeños que se trabajan con un azadón, rastrillo o herramientas de mano, los surcosrectos no son tan importantes.
Si el huerto es grande y se trabaja con una cultivadora o tractor, los surcos deben hacerse lo más derecho posible.
Use una pala o rastrillo para alzar crestas de 8 a 10. Antes de sembrar forme bien las crestas y deje que se estabilicen. También nivele la parte superior del semillero y deje una superficie de 6 a 8 pulgadas. Siembre encima de las crestas elevadas (Fig.4).
Después de completar todos los pasos requeridos para preparar el suelo para la siembra, la jardinería parecerá difícil pero con una preparación de suelo apropiada, la jardinería se hará más “fácil” cada año.
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